Gaavito el comunista escribió:Desde el inicio del estallido en Chile su posición ha sido la misma.
1.- Cataloga todo dentro del concepto de ANOMIA
2.- Desconoce las causas estructurales de esta crisis
3.- La solución es meramente reformista, busca un debate racional, un orden que no altere el orden de lo establecido. Una Constitución racional
Más allá de si sus soluciones son factibles o no, el hecho es que su diagnóstico está errado desde antes que siquiera llegue al mismo.
Entre 1900 y 1970 dos grandes corrientes sociológicas se enfrentaron en el seno de la burguesía.
Por un lado estaban los Funcionalistas y por otro la corriente del Conflictismo.
Los primeros anteceden a los segundos.
Los primeros liderados por T. Parsons y R. K. Merton se ubican con fuerza durante los años 30 y 50, precisamente cuando la necesidad imperante era justificar el orden establecido tanto en los países como entre estos (recuérdese la existencia del colonialismo europeo). De allí su nombre, "funcionalismo", donde la sociedad es un organismo y cada persona tiene su propia función indispensable, y como era un organismo, el desorden interno era disfuncional, ¿de dónde podía venir? De la mismísima Anomia, concepto que Carlos Peña usa en su último libro para explicar el comportamiento de los chilenos.
Por cierto, la Anomia viene de la época de Durkheim, no es nada nuevo. Un intento de explicar desde la orilla burguesa por qué ciertos grupos sociales abandonan los hábitos y costumbres... una suerte de "degeneración social" (nótese las comillas).
Quien crea en la Anomia, cree que cualquier desorden social es en el mejor de los casos una anomalía y en el peor una enfermedad.
Por otra parte la corriente del Conflictismo (liderada por Dahrendorf, et al.) sigue a la anterior en un momento clave: derrumbe de los imperios coloniales. En aquel entonces -mediados del siglo pasado- ya no era posible seguir sosteniendo el discurso funcionalista. El conflicto había llegado en prácticamente todo occidente y el 3er mundo.
Para esta corriente la lucha no era clasista sino que institucionalista. El conflicto se centraba en la distribución de ganancias en el mercado. Por lo tanto, siempre era corregible.
Esta corriente viene a cubrir el vacío dejado por el funcionalismo al momento de explicar y solucionar los estallidos sociales en el mundo. Ellos entregaron una solución provisoria: la redistribución.
Claro está, esta solución serviría solo por unos años. Llegados a los 70 la crisis económica y el fin a los años dorados del capitalismo darían como resultado un giro absoluto al individualismo del cual no me detendré a analizar.
El punto es que en la actualidad, todos los sociólogos apologistas o bien son funcionalistas o bien son conflictivistas.
Y esto se traslada a su opinión política.
O son de centro derecha o son de centro izquierda.
O apoyan una solución conservadora o apoyan una solución reformista.
Aquí obvio la tercera opción, los sociólogos individualistas pero es que son un chiste al carecer de todo recurso teórico.
No solo Carlos Peña, Eugenio Tironi o Patricio Navia van por la misma senda.
Frente a cualquier conflicto social entonces las únicas respuestas posibles son;
- O es "inexplicable" y por tanto, la única explicación racional a esta irracionalidad es la ANOMIA
- O es "entendible" y todo se soluciona redistribuyendo el mercado mismo
Pareciera que Peña es incluso más retrógrado que la sociología burguesa común y corriente.
Y aquí no vale que me digan que es socialista o qué sé yo. Ser socialista no significa nada. El socialismo chileno es un socialismo neoliberal carente de todo contenido socialista científico desde hace 50 años más o menos. Es un socialismo reaccionario en muchos aspectos que se ha capitalizado a niveles vomitivos.
Ergo, lo fundamental es que, la anomia no es una explicación razonable, ni por ende científica.
Al hablar de anomia vengo a decir que es excepcional y tiene un sentido peyorativo y degenerativo al señalar que los jóvenes (los protagonistas para él) están huérfanos de orientaciones ideológicas y presos de su más puro sentimentalismo. Esto, sumado a un sentimiento de desigualdad en condiciones en las que esta se "ha reducido"

¿qué nos viene a decir? Simple: que todo esto es irracional y subjetivo.
Partamos con que no es una explicación racional decir que la gente se mueve solo por sentimentalismo. O bueno, sí que lo es. Lo que NO ES POSIBLE ES MOVER A UNOS 1000 O 10.000 Y TERMINAR LLEVANDO A UN ESTALLIDO NACIONAL, EN SANTIAGO PRIMERO, Y LUEGO EN TODO EL PAÍS, DONDE SE INVOLUCRÓ PRÁCTICAMENTE TODO EL PAÍS (EXCEPTUANDO A VITACURA, LAS CONDES Y LO BARNECHEA... AUNQUE SOLO UNA PARTE).
No es posible explicar que a partir de unos pocos el país completo salga a las calles movilizando a millones.
No es posible explicar que a partir de unos estudiantes un gobierno quede entre la espada y la pared.
Estos "jóvenes sentimentales" representan a un... ¿30, 40% de la población? ¿Y llevaron a un 80% de la población a su causa?
Tampoco es razonable creer que solo hay sentimientos y no una observación objetiva detrás. Para Carlos Peña todo se reduce a la desigualdad medida por el Coeficiente de Gini, el problema es que él realmente está observando una realidad compleja como una torta simple de Excel.
En esta él dice "hace 20 años había 10 de desigualdad hoy hay 9,6 estamos mejor, ¡de qué se quejan!"
Pero el problema no puede reducirse solo a ingresos en tanto:
-> No ha visto la desigualdad de riquezas
-> No todo se reduce a deciles, el 1% se ha hecho con más proporción del ingreso nacional durante los últimos años
-> Y no todo puede ser visto en términos tan economicistas, desde luego. Las consecuencias de la desigualdad se pueden objetivar a nivel espacial, geográfico, ambiental, policial, educativa, sanitaria, deportiva, ETC
Nada de esto se ha solucionado en décadas.
Como el grave problema social en Chile sigue patente, no se puede esperar que por una reducción tan pequeña del Coeficiente de Gini haya un cambio en las percepciones.
Máxime cuando yo mismo expliqué cómo puede reducirse el Gini e incrementarse la participación del 1% más rico.
¿Ergo qué?
Todo se reduce a clases, a lucha de clases.
El estallido social en Chile tiene una clara explicación en esta oposición clasista de intereses antagónicos irreconciliables. Para Carlos Peña todo se reduce a mera distribución de ingresos, una relación simple y numérica. De allí a que no entienda como en otros países con mayor desigualdad (Brasil, con el cual no se corta en hacer comparaciones) no suceda lo de Chile, claro, es que ha olvidado las grandes movilizaciones y protestas en prácticamente toda América Latina.