La lectora apolítica de derechas.
Publicado: 05 Dic 2016, 16:14
La lectora apolítica de derechas.
Hola a todas.
Hay cosas que no se perciben bien... a fuerza de tenerlas tan cerca. Por eso existe el típico dicho de que los árboles no dejan ver el bosque.
Por ejemplo, una monstruosidad como el aborto, en nada distinto biológicamente al infanticidio, es hoy tragada como algo legítimo y hasta como un derecho, aunque se trata de matar a un ser humano indefenso, sin duda alguna, y simplemente por comodidad individual, social o mixta.
Por ejemplo, una monstruosidad como la pena de muerte (o cortar la mano a las ladronas) se intenta hacer pasar como algo justo porque siempre fue así, silenciando o minimizando siempre las ejecuciones de inocentes. ¡Incluso calificándolas siempre, cínicamente, de supuestas, como si no hubiera a estas alturas muchas ejecuciones de inocentes bien comprobadas!
Por ejemplo, en la empresa privada, en la empresa pública o en la universidad, se despide impunemente a la excelente profesional, artista, profesora o científica simplemente porque llega a la edad reglamentaria de jubilación. Y eso es una gran aberración. Esa trabajadora está en lo mejor de su rendimiento, y no necesita gran fuerza física para hacer lo que hace; incluso el físico Stephen Hawking (pronunciación: Estiven Joquin) que está muy discapacitado biológicamente, sigue trabajando muy bien en su ciencia, la física.
Por ejemplo, se sigue con el insostenible mito, propagado por sindicalistas, políticas y empresarias, de que un indefinido día existirá empleo bien remunerado para toda la que lo quiera... cuando el hecho es que la automatización de la producción lo hace completamente imposible.
Cambiando bastante de tema, se asume que una instalación de programas útiles en el ordenador es costosa en tiempo y en dinero, además de irremisiblemente caduca; vamos, que al cabo de un tiempo no muy largo quedará inútil y habrá que repetir el lento y tedioso proceso de instalar otro sistema operativo. Y, sin embargo, aquí estoy usando una versión gratuita, portátil, potente, cómoda y permanente de Linux: LinuXP.
Hecho pues este largo preámbulo, entro en la harina de este hilo: la lectora apolítica de derechas.
Es un sarcasmo de entrada, claro, porque una apolítica no puede ser, en teoría, de derechas ni de izquierdas.
En la práctica, claro, una apolítica siempre es de derechas. No existe ninguna apolítica de izquierdas. Quien acepta la situación política existente hace política por omisión, y quien pretende cambiar la situación política existente hace política por conducta explícita, siendo en este caso de izquierdas o reformista, no de derechas o inmovilista. No todas las derechas son inmovilistas, claro, pues existe la derecha revolucionaria, pero aquí introduzco el tema según el concepto popular tópico en torno a la derecha política: la derecha conformista.
Me estoy refiriendo, en concreto, a la lectora y contertulia típica de este foro internético Sofos Ágora, a esa lectora que, por ejemplo, califica la preponderancia del castellano y sus usos lingüísticos como una mera cuestión técnica y de respeto mutuo.
Naturalmente que no es así, y que el uso preponderante aquí del castellano, con amplia profusión (y con uso activo) del prestigioso inglés pero no del despreciado gallego (mucho más inteligible lingüísticamente en esta situación, por cierto) corresponde a decisiones y preferencias políticas, tanto implícitas como explícitas.
Las participantes en este foro, por ejemplo, dan por lingüísticamente sentado y "natural" un uso machista del castellano cuyo pretendido carácter neutral queda gráficamente desmentido por el uso del género gramatical que inesperadamente estoy haciendo aquí, en este mensaje para presentar el hilo. Es un uso comunicativamente inequívoco... y que será tachado de incorrecto, acusándome a mí, precisamente a un profesional de redaccion y corrección de estilo en castellano, de hablar y escribir mal el castellano por mi ideología política.
Y, sin embargo, lo que estoy haciendo aquí es gramaticalmente irreprochable.
Lo que pasa es que esas normas gramaticales pretendidamente neutrales no son neutrales, sino, entre otras cosas, el producto secular de concretas relaciones de poder entre las mujeres.
De aquí que las lingüistas, filólogas y gramáticas, utilizando nuestro amplio conocimiento técnico comparativo de las estructuras morfosintácticas en las distintas lenguas, observamos que estas estructuras neutrales van, en más del noventa y nueve por ciento de los casos, en la misma dirección; en dirección machista. De neutralidad o de acuerdo espontáneo y amistoso entre las hablantes, nada de nada. Si fuera así, existiría en el género gramatical indeterminado la misma profusión de soluciones que encontramos en la declinación, el sistema fonológico vocálico, la formación del plural, el sistema de escritura, etcétera. Y no hay tal, no hay tal variedad: en este punto, históricamente, el género gramatical indefinido siempre se ha formado de modo machista, y no porque las mujeres estuvieran muy contentas de tal solución lingüística; claro que solamente lo estaban los hombres (y no todos).
Desde la aparición de mujeres propiamente dichas en este planeta, digamos que con las neandertales para no complicar mucho las cosas lingüísticas, hay lengua hablada desde hace unos veinte mil años, al menos. Y, sea con la mujer de Neandertal o con la mujer de Cromañón, la mujer actual, los seres humanos han formado el género indeterminado siempre de modo machista. Parece que las australopitecas todavía no hablaban, así que la australopiteca, más que ser la primera mujer era, todavía, la última mona.
Y el caso es que, digan lo que digan quienes con actitud entre ingenua y taimada sueltan que las palabras son instrumentos neutros de comunicación, lo cierto es que la manera de usar las palabras es todo... menos neutral.
En fin, ahí dejo el papelillo cortado para liar discusiones, como dirían en el local y bar comunista madrileño Marx Madera.
Ya contaréis las contertulias lo que opináis de las lectoras apolíticas de derechas. Que las hay, y muchísimas, incluidas las filósofas rojas o progresistas o de izquierdas. Bien sabéis que estoy entre las filósofas de derechas, que soy un filósofo de la derecha revolucionaria.
Este mensaje está escrito con Linux.
Cordialmente, de Alexandre Xavier Casanova Domingo, correo electrónico trigrupo @ yahoo . es (trigrupo arroba yahoo punto es).
Hola a todas.
Hay cosas que no se perciben bien... a fuerza de tenerlas tan cerca. Por eso existe el típico dicho de que los árboles no dejan ver el bosque.
Por ejemplo, una monstruosidad como el aborto, en nada distinto biológicamente al infanticidio, es hoy tragada como algo legítimo y hasta como un derecho, aunque se trata de matar a un ser humano indefenso, sin duda alguna, y simplemente por comodidad individual, social o mixta.
Por ejemplo, una monstruosidad como la pena de muerte (o cortar la mano a las ladronas) se intenta hacer pasar como algo justo porque siempre fue así, silenciando o minimizando siempre las ejecuciones de inocentes. ¡Incluso calificándolas siempre, cínicamente, de supuestas, como si no hubiera a estas alturas muchas ejecuciones de inocentes bien comprobadas!
Por ejemplo, en la empresa privada, en la empresa pública o en la universidad, se despide impunemente a la excelente profesional, artista, profesora o científica simplemente porque llega a la edad reglamentaria de jubilación. Y eso es una gran aberración. Esa trabajadora está en lo mejor de su rendimiento, y no necesita gran fuerza física para hacer lo que hace; incluso el físico Stephen Hawking (pronunciación: Estiven Joquin) que está muy discapacitado biológicamente, sigue trabajando muy bien en su ciencia, la física.
Por ejemplo, se sigue con el insostenible mito, propagado por sindicalistas, políticas y empresarias, de que un indefinido día existirá empleo bien remunerado para toda la que lo quiera... cuando el hecho es que la automatización de la producción lo hace completamente imposible.
Cambiando bastante de tema, se asume que una instalación de programas útiles en el ordenador es costosa en tiempo y en dinero, además de irremisiblemente caduca; vamos, que al cabo de un tiempo no muy largo quedará inútil y habrá que repetir el lento y tedioso proceso de instalar otro sistema operativo. Y, sin embargo, aquí estoy usando una versión gratuita, portátil, potente, cómoda y permanente de Linux: LinuXP.
Hecho pues este largo preámbulo, entro en la harina de este hilo: la lectora apolítica de derechas.
Es un sarcasmo de entrada, claro, porque una apolítica no puede ser, en teoría, de derechas ni de izquierdas.
En la práctica, claro, una apolítica siempre es de derechas. No existe ninguna apolítica de izquierdas. Quien acepta la situación política existente hace política por omisión, y quien pretende cambiar la situación política existente hace política por conducta explícita, siendo en este caso de izquierdas o reformista, no de derechas o inmovilista. No todas las derechas son inmovilistas, claro, pues existe la derecha revolucionaria, pero aquí introduzco el tema según el concepto popular tópico en torno a la derecha política: la derecha conformista.
Me estoy refiriendo, en concreto, a la lectora y contertulia típica de este foro internético Sofos Ágora, a esa lectora que, por ejemplo, califica la preponderancia del castellano y sus usos lingüísticos como una mera cuestión técnica y de respeto mutuo.
Naturalmente que no es así, y que el uso preponderante aquí del castellano, con amplia profusión (y con uso activo) del prestigioso inglés pero no del despreciado gallego (mucho más inteligible lingüísticamente en esta situación, por cierto) corresponde a decisiones y preferencias políticas, tanto implícitas como explícitas.
Las participantes en este foro, por ejemplo, dan por lingüísticamente sentado y "natural" un uso machista del castellano cuyo pretendido carácter neutral queda gráficamente desmentido por el uso del género gramatical que inesperadamente estoy haciendo aquí, en este mensaje para presentar el hilo. Es un uso comunicativamente inequívoco... y que será tachado de incorrecto, acusándome a mí, precisamente a un profesional de redaccion y corrección de estilo en castellano, de hablar y escribir mal el castellano por mi ideología política.
Y, sin embargo, lo que estoy haciendo aquí es gramaticalmente irreprochable.
Lo que pasa es que esas normas gramaticales pretendidamente neutrales no son neutrales, sino, entre otras cosas, el producto secular de concretas relaciones de poder entre las mujeres.
De aquí que las lingüistas, filólogas y gramáticas, utilizando nuestro amplio conocimiento técnico comparativo de las estructuras morfosintácticas en las distintas lenguas, observamos que estas estructuras neutrales van, en más del noventa y nueve por ciento de los casos, en la misma dirección; en dirección machista. De neutralidad o de acuerdo espontáneo y amistoso entre las hablantes, nada de nada. Si fuera así, existiría en el género gramatical indeterminado la misma profusión de soluciones que encontramos en la declinación, el sistema fonológico vocálico, la formación del plural, el sistema de escritura, etcétera. Y no hay tal, no hay tal variedad: en este punto, históricamente, el género gramatical indefinido siempre se ha formado de modo machista, y no porque las mujeres estuvieran muy contentas de tal solución lingüística; claro que solamente lo estaban los hombres (y no todos).
Desde la aparición de mujeres propiamente dichas en este planeta, digamos que con las neandertales para no complicar mucho las cosas lingüísticas, hay lengua hablada desde hace unos veinte mil años, al menos. Y, sea con la mujer de Neandertal o con la mujer de Cromañón, la mujer actual, los seres humanos han formado el género indeterminado siempre de modo machista. Parece que las australopitecas todavía no hablaban, así que la australopiteca, más que ser la primera mujer era, todavía, la última mona.
Y el caso es que, digan lo que digan quienes con actitud entre ingenua y taimada sueltan que las palabras son instrumentos neutros de comunicación, lo cierto es que la manera de usar las palabras es todo... menos neutral.
En fin, ahí dejo el papelillo cortado para liar discusiones, como dirían en el local y bar comunista madrileño Marx Madera.
Ya contaréis las contertulias lo que opináis de las lectoras apolíticas de derechas. Que las hay, y muchísimas, incluidas las filósofas rojas o progresistas o de izquierdas. Bien sabéis que estoy entre las filósofas de derechas, que soy un filósofo de la derecha revolucionaria.
Este mensaje está escrito con Linux.
Cordialmente, de Alexandre Xavier Casanova Domingo, correo electrónico trigrupo @ yahoo . es (trigrupo arroba yahoo punto es).