noconcep escribió: ¿Había necesidad de sacrificar una vida humana para el Arte de la tauromaquia?
Le ruego me disculpe está falta de cortesía por mi parte, pero, entienda, que estoy sujeto a la tiranía del tiempo,y aunque aspiro alcanzar la libertad, lo cierto es que aún soy esclavo de sus caprichos. Reitero mis disculpas.
Respecto a su pregunta, la muerte del torero no es un sacrificio. Cuando un escalador, subió al Everest tras sufrir una ingente cantidad de infortunios, que le dieron como consecuencia la perdida de varios dedos por congelación y una oreja. Le preguntaron: ¿Mereció la pena? ¿Por qué lo hizo? Porque estaba allí. ¿Por qué arriesgamos la vida en numerosas ocasiones, y la perdemos en ocasiones? ¿El fin de tales acciones era perder la vida? Ciertamente no, pero es el precio que pagamos cuando la arriesgamos, cuando la ponemos al límite. Por otra parte ¿Acaso, vivir no es un milagro? ¿Cuantos hombres pierden la vida intentando conservarla? A la postre todos. Pues la muerte es nuestro destino, aunque para algunos no sea el final.
¿Enseñanza? Acaso la televisión es el profesor de una escuela o un colegio. Si así fuera, y mucho me temo que para gente como usted eso represente la televisión, su modelo de maestro. Yo comenzaría por eliminar una ingente cantidad de programas que lejos de educar se ufanan en maleducar. ¿Y que decir de las películas y series de televisión que se afanan en ejemplificar como buenos y loables a depravados, degenerados y asesinos de la peor especie? ¿Que promocionan valores como la venganza, el odio, la envidia, la vanidad, el egoísmo, la violencia, la lujuria, etc...? ¿Pero realmente habla usted en serio? Cuando, además, los festejos taurinos apenas se emiten en televisión. Pero en último caso, tanto usted como yo tenemos, aún, un poder sobre tal aparatejo, el mando a distancia. A mi no me gusta prohibir, aunque ciertamente existen programas que debieran prohibirse, mas, yo, prefiero que se emitan, siempre y cuando yo tenga poder para negarme a verlos. Ahora, con su mentalidad mucho me temo que mañana nos obliguen a ver la televisión a la fuerza, pues quien lo admite como un modelo de enseñanza es capaz de cualquier cosa. Ya me veo a nuestros pequeños infantes, controlados a su vez por otro televisor, en casa, sentados a modo de monje budista, con un cuaderno en una mano y un lápiz en la otra anotando con verdadera pasión y deleite, cada palabra que emite su pantalla de televisión. ¿Qué mundo más maravilloso ese en que cada pensamiento es un único pensamiento?¿verdad? Maravilloso para quien controla la televisión claro. Qué curioso, si parece que estoy describiendo la realidad.
¿Debe ser este espectáculo una enseñanza para los niños que libremente pueden presenciarlo, y que obligatoriamente lo van a visualizar una y otra vez en la tele, sin previo aviso, y sin que los padres puedan elegir qué es arte y qué es morbosidad?
Hasta donde llegan los derechos del hombre. Porque, aunque le parezca mentira los taurinos somos hombres. De hecho, los derechos no los tiene ni el arte, ni las ideas, ni las creencias, ni las aficiones, ni los deseos o sentimientos, ni tan siquiera mi sexo o mis apetencias sexuales. Los derechos siempre radican en el hombre. ¿Le sorprende? pues ya sabe usted algo que no sabía.¿Hasta dónde llegan los derechos de los taurinos?
Vayamos a los ramalazos de la tradiciones festivas populares taurinas: ¿Ve usted algún arte en un gentío corriendo ante los toros, hasta que los acorralan y se abalanzan todos a hacer todo tipo de tropelias sádicas hasta con becerros indefensos?
Ustedes mismos deberían poner límites a la barbarie, pero nunca lo han hecho. Evidentemente no es por amor al arte, es por ausencia de algo.
Un saludo
Nada que objetar, es lo único sensato de toda su explicación. Ciertamente las fiestas populares son una autentica tropelía cuando en ellas se ataca al toro, se le daña etc... No hay nada que me repugne más, sea el toro, una cabra, una gallina o cualquier otro animal. Aunque, ciertamente, cuando se hace con el toro hiere mi sensibilidad de forma especial. Pero los aficionados a los toros nada tenemos que ver con ellas. Por el contrario, si se advierte en mucho político anti-taurino, una especie de indiferencia, cuando no colaboración, en dichas fiestas populares. Así nos podemos encontrar que todas esas fiestas, a diferencia de las faenas taurinas, se realizan con dinero público. Se prohíben los toros en Cataluña, y sin embargo, se sigue gastando dinero público en las fiestas populares con toros,en la misma Cataluña, esas que usted menciona. En Canarias se prohíben los toros, pero se sigue permitiendo las peleas de gallos. Cómo vera para un anti-taurino hay mucho campo de acción antes de intentar prohibir la tauromaquia que se realiza en los cosos taurinos.
Un saludo